Fantasía, magia, embrujo y elegancia se combinan en un lugar lleno de historia. Es el Castillo Marroquín, un espacio construido hace 100 años por el hijo del presidente José Manuel Marroquín y que desde mediados de diciembre, después de su restauración, abre las puertas para ofrecer a los asistentes un sitio de entretenimiento que conserva todos los detalles originales de su arquitectura y decoración.
En el lugar, todo está diseñado para que la gente se sienta en un castillo de verdad. Los muebles Luis IV, las lámparas que datan de la época de su construcción, los frescos en los techos y las escaleras originales, contrastan con la pista de baile sobre la piscina, las luces y el sonido.
Junto al castillo se encuentra Xué, una discoteca que conserva la misma línea medieval pero con un ambiente tropical. Madera, piedra tallada, forja y cerámica hacen parte de los detalles que conforman este lugar y que fueron elaborados por artesanos colombianos en talleres realizados durante su construcción. Xué, nombre que proviene del Dios Sol de la cultura Chibcha, tiene capacidad para mil personas, tarima para conciertos y restaurante especializado en comida a la parrilla.
En el medio del Castillo Marroquín y Xué, se encuentra el Jardín de Conciertos, un lugar con capacidad para 8.000 personas y que fue inaugurado con el concierto Las Voces clásicas del rock.
El complejo Marroquín se encuentra abierto al público todos los jueves, viernes y sábados en la noche hasta las 3:00 a.m. Los fines de semana al mediodía, Se convertirá en un restaurante campestre para la familia. Además, tiene la capacidad de realizar eventos, desfiles, fiestas de empresas, matrimonios y toda clase de reuniones sociales. El parqueadero tiene capacidad para 1.400 carros.
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